domingo, 29 de mayo de 2011

Y no saco nada en claro.

Y así es. Que de cada una verdad aparecen por detras cien mentiras. Que no siempre el culpable tiene toda la culpa. Que la gente ve lo que quiere ver. Que no sé si merece la pena sentir algo o simplemente hacer como si lo haces. Que confiar en alguien son palabras mayores. Que realmente verdaderos amigos son pocos y los que tengo puedo decir que daría la vida por ellos. Porque sí, tengo apenas 14 años y ¿qué voy a saber yo de la vida? Pues realmente nada. Pero de lo poco que sé es que si no te lo tomas con sentido del humor y una sonrisa en la cara puedes dar muchas cosas por perdido. Que ni yo soy la más guapa, ni la más lista, ni la más simpática. Y no lo pretendo. Simplemente, quiero ser como soy. Con la verdad por delante, dejarnos de tanta hipocresía. Que a mi parecer no nos lleva a ninguna parte. Porque ¿para qué? ¿Para vivir engañados en una realidad que se derrumba por todos los lados? Para eso prefiero vivir en mi propia realidad con los pies en el suelo, y con mi locura intacta, que para acabar conmigo hacen falta mucho más que un puñado de palabras huecas y un mundo contaminado de tanta superficialidad.