sábado, 24 de diciembre de 2011

Poco a poco.

Porque a veces necesitas dar un paso en falso para aprender a caminar y después seguir adelante... Necesitas un tropiezo; luego metes un pies detrás del otro y no te caes, esta vez no, has encontrado el equilibrio.
Y es una gran victoria.


                                               
                       ("Las estrellas se pueden contar")

martes, 28 de junio de 2011

Alex. II


Descalza como estaba bajo al piso de debajo de la casa y se preparó un zumo de naranja antes de pegarle un mordisco a las tostadas que alguien ya había preparado.  Sonó el timbre. No se movió. Volvió a sonar. Lentamente se encaminó hacia la puerta y cuando llego se mantuvo inmóvil delante de ella. Por tercera vez se volvió a oír el agudo sonido del timbre y Alex se tapo la boca conteniendo un gemido. Al cabo de unos instantes un sobre de color verde se coló por la rendija de la puerta y el extraño que se encontraba en el otro lado puso en marcha su coche rumbo hacia la carretera.  Alex se asomó discreta por la ventana y no se sorprendió de ver como se alejaba a toda velocidad un deportivo mercedes negro con los cristales tintados. De repente toda la alegría que tenía esta mañana parecía haberse esfumado con la misma rapidez con la que se marchaba el mercerdes negro. Se quedo unos minutos de pies,  sin moverse, hasta que con un hondo suspiro de resignación encendió el móvil, la pantalla empezó a iluminarse repetidas veces indicando la cantidad de llamadas y mensajes que había recibido. No se molestó en mirar ninguno,  marco rápidamente un número de teléfono y a la segunda señal se oyó que la persona que se encontraba al otro lado descolgaba el aparato. Alex apenas abrió la boca se limito a decir saben que estoy aquí, se mantuvo varios minutos en silencio escuchando lo que tenían que decirle y colgó. El sobre verde seguía en el mismo sitió donde lo había dejado el desconocido y ella se agacho a recogerlo, lo observó  en la parte de delante sólo estaba escrito su nombre y por detrás una frase en italiano que provocó que un escalofrío recorriera su espalda.

Alex.

Alex cerró los ojos y se recostó cómodamente en la almohada. Medio desnuda como estaba sintió el viento descubriendo los secretos de su cuerpo y se dejo hacer mimosa. No tenía nada que hacer, estaba a salvo, no sabían cual era su paradero. Por fin la dejarían en paz. Había decidido desconectar el teléfono, esconder el ordenador y había escrito en la tapa de su diario “Volver a empezar”. Hoy iba tomarse un tiempo para ella como hacía tiempo que no lo tenía. Transcurrió una hora en la que no se movió de la cama, se podía distinguir un esbozo de sonrisa cuando se levantó se miró en el espejo y lanzó un beso al aire. Se recogió el pelo en una coleta alta, se puso la primera camiseta que encontró y se enfundó unos shorts demasiado cortos dejando visibles sus largas y bronceadas piernas. 

domingo, 12 de junio de 2011

Para él. Que vive como una ardilla.

Para ese que en vez de tener 101 dálmatas tiene 101 hijos.
Para ti, que hoy es tu cumpleaños.
Voy ha decirte que no encuentro las palabras exactas para expresar todos mis sentimientos. Nunca se me ha dado demasiado bien. Simplemente quiero que sepas que ahora mismo formas parte de mi vida y espero que no salgas de ella tan rápido como entraste. Tú, que te has colado hasta llegar ha instalarte en el quinto pino empezando por la derecha, al lado de la fabrica de chorizos con vistas a un bonito parque en la calle de mi corazón.
Te quiero. Lo suficiente como para saber que soy feliz contigo.

domingo, 29 de mayo de 2011

Y no saco nada en claro.

Y así es. Que de cada una verdad aparecen por detras cien mentiras. Que no siempre el culpable tiene toda la culpa. Que la gente ve lo que quiere ver. Que no sé si merece la pena sentir algo o simplemente hacer como si lo haces. Que confiar en alguien son palabras mayores. Que realmente verdaderos amigos son pocos y los que tengo puedo decir que daría la vida por ellos. Porque sí, tengo apenas 14 años y ¿qué voy a saber yo de la vida? Pues realmente nada. Pero de lo poco que sé es que si no te lo tomas con sentido del humor y una sonrisa en la cara puedes dar muchas cosas por perdido. Que ni yo soy la más guapa, ni la más lista, ni la más simpática. Y no lo pretendo. Simplemente, quiero ser como soy. Con la verdad por delante, dejarnos de tanta hipocresía. Que a mi parecer no nos lleva a ninguna parte. Porque ¿para qué? ¿Para vivir engañados en una realidad que se derrumba por todos los lados? Para eso prefiero vivir en mi propia realidad con los pies en el suelo, y con mi locura intacta, que para acabar conmigo hacen falta mucho más que un puñado de palabras huecas y un mundo contaminado de tanta superficialidad.

martes, 19 de abril de 2011

Un sentimiento que se llama arrepentimiento.

Y hoy quiero hablar del arrepentimiento. Un sentimiento que convive conmigo. Para mí arrepentirse es darse cuenta de tu error y sentirlo. Pero no basta con eso, con sentirlo. O pones un remedio para curarlo o el arrepentimiento,  tan efímero como es, una vez que aparece se va. Dejándote como la última vez que lo vistes. Sola. Y ahí entra en juego lo más difícil. Procesarlo. Arreglarlo con un "Perdóname, lo siento muchísimo te juro que no lo volveré a hacer" Esa frase muy típica ella, (no me atrevo a decir si sería verdad que suena tantas veces falsa como verdadera.) No vale únicamente con decirla en el momento y Flus "Hasta luego" hay que poner un remedio que no se cura a base de pastillas, para que sea lo que sea por lo que te hayas arrepentido no vuelva a suceder.
Y yo supongo que estoy cansada de arrepentirme. De actuar antes de pensar. Sé que a la larga y a la corta me va a acabar estallando en la cara. Parece mentira que sea una persona tan extremista. ¿Cómo coño me explicáis a mí lo que es un término medio?
O blanco o negro.
O ni me lo pienso dos veces o le doy vueltas hasta la saciedad.
Y lo peor de todo es que aunque me empache a pastillas, seguiré estando enferma.