martes, 28 de junio de 2011

Alex.

Alex cerró los ojos y se recostó cómodamente en la almohada. Medio desnuda como estaba sintió el viento descubriendo los secretos de su cuerpo y se dejo hacer mimosa. No tenía nada que hacer, estaba a salvo, no sabían cual era su paradero. Por fin la dejarían en paz. Había decidido desconectar el teléfono, esconder el ordenador y había escrito en la tapa de su diario “Volver a empezar”. Hoy iba tomarse un tiempo para ella como hacía tiempo que no lo tenía. Transcurrió una hora en la que no se movió de la cama, se podía distinguir un esbozo de sonrisa cuando se levantó se miró en el espejo y lanzó un beso al aire. Se recogió el pelo en una coleta alta, se puso la primera camiseta que encontró y se enfundó unos shorts demasiado cortos dejando visibles sus largas y bronceadas piernas. 

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